Escrito por: Jorge Camarillo
Publicado en: "Escri-viendo. Cultura, sociedad y educación" (Revista de la Universidad Pedagógica Nacional). Páginas 9-13, Año 5, Número 17, 2004.
Tijuana revela un surgimiento de las noticias hasta mediados de los años veinte del siglo pasado cuando se establece un periodismo real. “Desde 1926 el periodismo en la frontera ha tomado un tono profesional. Algunos ejemplos de los diarios surgidos en aquellos años en Tijuana son El Pueblo y El Imparcial; el primero incendiado en 1947 y el segundo desaparecido en 1956.”[1]
De los años treinta a los cuarenta y a pesar de la crisis de la “Gran Depresión” en Estados Unidos de América, en Tijuana surgen un gran número de periódicos. “Tijuana es testigo, en un poco más de una década, de la aparición de 34 publicaciones. ¿Cuál crisis entonces? ¿Cuál depresión demoledora? Y la respuesta es obvia: las dificultades económicas se compensan con el bullicio político que mantiene en vil a la nación mexicana y que requiere, para su difusión, de la prensa en todas sus modalidades.”[2]
En Tijuana, hay registro de estaciones de radio iniciadas en amplitud modulada (AM): XEC (1930), XEKAM y XEMO (1934), XEBG (1936), XERCN (1941), XEPRS (1944), y XEAZ (1948).[3] No obstante aún con los años venideros se siguieron instalando estaciones de radio tanto en AM y frecuencia modulada (FM), pero en su mayoría con formatos musicales. “La programación de la mayor parte de las estaciones fronterizas de ambos lados es musical (un promedio de 80% del total de sus tiempos), y de un 6 a 12% dedicado a la publicidad. Las estaciones en México otorgan aproximadamente entre 3 y 4% de su tiempo a la transmisión de mensajes gubernamentales y entre 2 a 4% a noticieros.” [4]
Ya en los años cuarenta y en plena segunda guerra mundial aparecen nuevos periódicos en Tijuana, tal es el caso del Heraldo de la Baja California que tenía circulación día tras día hasta su reciente desaparición entrado el año 2002. “En la primera mitad de los años cuarenta, los periódicos que salen a la luz son: en Tijuana, La voz Infantil de Alfonso Salgado, periódico quincenal de información, que aparece el 21 de noviembre de 1941 y deja de salir en febrero de 1942 y El Heraldo de la Baja California…”[5]
Una vez pasada la segunda guerra mundial y entrada la guerra fría se mejoran las condiciones en el estado bajacaliforniano. “Entre 1947 y 1959, el ABC será el reflejo de una Baja California que vive las mieles de la abundancia y que crece a pasos agigantados, rumbo a una prosperidad que abarca, cada vez más, a un mayor número de pobladores del entonces territorio nacional.”[6] Las estaciones de televisión en Tijuana tuvieron precedente con la instalación de canales estadounidenses, tal es el caso de FOX.
“Fue precisamente en Tijuana, B.C., en 1953, donde operó el primer canal televisivo de la provincia mexicana (canal 6). Su vecina ciudad del norte –San Diego– apenas contaba con un solo canal de televisión –KFMB, canal 8– que fue fundado y visto por los fronterizos desde 1949. No sólo la larga historia de la televisión caracteriza a la frontera. Sorprende también el gran número de canales a los que se tiene acceso.”[7]
Los noticieros televisivos en español y transmitidos dentro de Tijuana aparecieron cuando inició XEWT-TV canal 12, “el Noticiero Actualidades salió al aire en 1966 con el señor Valdivia, y Ritmos de juventud que cambió posteriormente su nombre a Juan Luis presenta.”[8] A pesar de los avances en los medios en Tijuana desde que empezó la guerra fría, se noto un enfoque estadounidense en las noticias de aquellos tiempos.
“Otra faceta del ABC, que va a cubrir el resto de la prensa bajacaliforniana de 1945 en adelante, es la cruzada anticomunista propiciada por el gobierno de los Estados Unidos a través de sus agencias de noticias y sus redes de servicios informativos para el mundo libre. Y es que al término de la segunda guerra mundial, la competencia ideológica, económica, estratégica y militar entre las dos superpotencias triunfantes (EU y la URSS) va a dar paso a enfrentamientos y confrontaciones en todos los órdenes de vida…”[9]
Para entender esta influencia del país vecino, sobre México, definamos entonces esa relación: Es indiscutible que los mexicanos al igual que los demás países en desarrollo, están propensos a ser influenciados por las grandes empresas transnacionales de los medios de comunicación, se habla de un mundo globalizado, libre y tecnológico. México como cualquier otro país, requiere adecuar y formular sus propios métodos de ética para ejercer su periodismo. Se dice que son las empresas del primer mundo las que absorben países y masifican su cultura, ahora llamada globalización:
“...se ha iniciado a través de las industrias culturales, y en particular de la televisión una nueva fase de inversión de valores nacionales mediante la circulación de nuevas ideologías para apuntalar el fortalecimiento del sistema productivo y la distribución desregulada de mercancías que exige el moderno programa de crecimiento neoliberal que ha elegido seguir el sector cúpula del Estado Mexicano para las próximas décadas.”[10]
Han sido un sin número de eventos y foros en los que se han tratado temas donde la palabra “Global” es un término preocupante entre estudiosos de la comunicación, pues es obvio que las tecnologías de la información han llegado y siguen llegando a cualquier persona en el mundo.
“(…) Las grandes empresas monopólicas de los medios: Bertelsmann (de Alemania la más poderosa), Rede Globo (de Brasil), Televisa (de México), Viacom, ABC-Disney, Time-Warner (de Estados Unidos), News Corporation (de Australia) imponen sus pautas y disputan el mercado. En este contexto el papel del periodista ya no es el mismo que antes: ahora trabaja en función del mercado, es un animador, un vendedor en busca de rating.”[11]
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Sin abundar en el tema tan sonado como el de la “globalización de los medios”, podemos coincidir que en Tijuana cualquier persona puede tener acceso a las cadenas estadounidenses: ABC, CBS, NBC, WarnerBrothers, aunque todas ellas transmiten en idioma inglés, la frecuencia de televisión al aire llega a esta zona geográfica y penetra en cada hogar tijuanense. Incluso FOX y UPN son empresas televisivas transnacionales ubicadas en Tijuana y Tecate ocupando tierra y aire para transmitir hacia el vecino estadounidense. Hay que agregar que son un número alto las frecuencias de radio que están en condiciones semejantes al de las televisoras.
El panorama actual es distinto al que se vivió hace algunos años donde la mayoría de los medios estaban sujetos al Estado mexicano. “Resulta poco menos que imposible precisar dónde se originan los vicios que desde los años cuarenta entorpecen, enrarecen y distorsionan la información periodística en el país: ¿en la mano que pide, en la mano que soborna, en la mano que recibe, en la mano que golpea?”[12] Curiosamente los mayores cambios en los medios iniciaron con el proyecto del gobierno de Carlos Salinas de Gortari y la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá:
“…se incrementó en 180% el uso gratuito en los medios de comunicación en los partidos políticos, se abrió la libre importación de papel, por primera vez se realizó un debate televisivo entre los principales candidatos a la presidencia de la república, se creó un capítulo especial en la Comisión Nacional de Derechos Humanos para la defensa de los periodistas, se transmitieron en vivo los cierres de campaña, se lanzó el Sistema de Satélites Solidaridad, se estableció el salario mínimo para periodistas, se modificó la forma de otorgar los apoyos estatales a las oficinas públicas de prensa, se brindó protección especial a los informadores que así lo solicitaron, se privatizaron la mayoría de las empresas estatales de comunicación, se realizaron los Foros de Consulta Popular Sobre Medios de Comunicación para nutrir el Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, la Consulta Pública del Poder Legislativo Sobre Medios de Comunicación para modificar las leyes de comunicación social, etc.”[13]
Las empresas noticiosas también cambiaron durante la década de los ochenta y noventa, en su inicio aparecieron los periódicos con circulación nacional: “El Financiero (1981)”, “La Jornada (1984)”, “El Economista (1988)”, y “Reforma (1993)” quienes se posicionaron rápido en el mercado por su manejo equilibrado en su contenido. Ahora en el 2000 apareció también “Milenio Diario”. Los canales de televisión del Estado fueron puestos a la venta, tal es el caso del 7 y 13, ahora TV Azteca.
“De cuando en cuando, los rumores fueron más intensos que los hechos verificables y por ello se erigieron confusiones, o versiones a medias, que no hacían sino entorpecer su imagen, deteriorar las relaciones de trabajo a su interior y obnubilar las expectativas que pudieran tener los propios televidentes. Así ocurrió al comenzar 1990 con las versiones frecuentes (y hasta mucho después confirmadas) sobre la privatización de algunos de los canales de Imevisión.”[14]
La entrada del noticiero “Hechos” fue trascendental en el desarrollo de los noventa, pues los noticieros de Televisa (24 horas y ECO) no tenían competencia hasta entonces. No obstante a excepto de algunas novelas, TV Azteca se asienta en una programación estadounidense. “A mitad de julio de 1993, Ricardo Salinas Pliego, quien controlaba entonces la compañía Radiotelevisoras del Centro y la Compañía Operadora de tiendas Electra, adquirió los Canales 7 y 13 y la Compañía de Teatros, S.A. (COTSA), entre otros. La programación de dichos canales se basa en series, sobre todo estadounidenses, películas de suspenso, telenovelas…”[15]
La nueva opción de televisión, en efecto no era, ni es cien por cien mexicana. “El 15 de mayo de 1994, Televisión Azteca y NBC anunciaron una alianza… Para la cadena NBC, de nuevo perteneciente a la General Electric, este contrato significa una puerta para entrar al mercado mexicano, aunque hasta la fecha sólo a un segmento del 20% nacional.”[16] El 27 de octubre de 1996 el programa Detrás de la noticia de Televisa generó una polémica de esta adquisición de TV Azteca lo que provocó un rompimiento total entre ambas televisoras.
A finales de marzo del 2000 Televisa hace cambios dentro de un controvertible proceso “La sorpresa mayor la dieron Abraham y Jacobo Zabludovsky. El primero renunció por no haber sido designado en el lugar que ocupó su padre durante casi tres décadas; y el segundo se fue en solidaridad.”[17]
Tijuana no está fuera de los procesos de transformación en sus medios de comunicación masiva, han aparecido nuevos medios impresos, programas de radio o televisión, aunque también han desparecido muchos; pero en el ramo de las noticias este municipio del norte tiene periodistas mujeres y hombres, que han sido y son distinguidos por diferentes sectores. Aquí hay premios nacionales y reconocimientos de la prensa internacional.
En cuanto a periodismo se refiere, es Tijuana un sitio noticioso, más allá de su ubicación geográfica o quizá el choque social al que nos referimos, las noticias han permitido que los ojos del mundo se enfoquen a esta esquina norte de América Latina, en especial los casos como: el triunfo de Ernesto Rufo, 1989; las lluvias de 1993, el asesinato del candidato Colosio, 1994; los diversos asesinatos a funcionarios, decomisos y crímenes relacionados con el narcotráfico, y los cientos de emigrantes muertos en su lucha por cruzar a Estados Unidos de América; por citar algunos, han sido noticias que han captado la atención internacional.
No sólo el periodista de Tijuana le da cobertura a la noticia sino su trabajo va más allá. “...al comunicador de esta frontera se le asigna el rol de presunto defensor del idioma, frente a los embates de los giros, vocablos y formas anglosajonas de expresión. Defensor, también, de la moral, costumbres y tradiciones nacionales.”[18]
Entonces ¿Cuál es el reto de los periodistas en Tijuana ante este contexto histórico de relaciones con EU.? La respuesta puede ser: profesionalismo mediante un código de ética para periodistas. Necesitamos quizá una plataforma moral y de valores nacionales que fortalezcan el ejercicio periodístico de esta frontera.
CITAS:
[1] Iglesias Prieto, Norma. Medios de comunicación en la frontera Norte. México, Fundación Manuel Buendía A.C. 1990. p. 31.
[2] Ibidem. p. 126.
[3] Lozano, José Carlos. Prensa, radiodifusión e identidad cultural en la frontera Norte. México, COLEF, 1991. p. 40.
[4] Iglesias. Op. Cit. p. 47.
[5] Trujillo. Op. Cit. p. 163.
[6] Ibidem. p. 185.
[7] Iglesias. Op. Cit. p. 13.
[8] Ibidem. p. 18.
[9] Trujillo. Op. Cit. p. 189.
[10] Esteinou Madrid, Javier. Espacios de comunicación, “Medios de comunicación, Estado mexicano y responsabilidad social”. México, UIA, 1996, p. 21.
[11] Campbell, Federico. “Periodismo oral y espacio mediático. El imperio de los medios.” Ciclos. Año 2 No. 16 Agosto de 1998. p.36.
[12] Rodríguez Castañeda, Rafael. Prensa vendida. Los periodistas y los presidentes: 40 años de relaciones. México, Editorial Grijalbo, 1993. p. 13.
[13] Esteinou. Op. Cit. pp. 19-20.
[14] Trejo Delarbre, Raúl. Ver pero también leer. México, Ediciones Gernika, 1991. p. 106.
[15] Bohmann. Op. Cit. p. 343
[16] Iden.
[17] Albarrán de Alba, Gerardo. “Los nuevos tiempos de Televisa”. Proceso. No. 1222, 2 de abril 2000. p. 20.
[18] Ciccone, José Alfredo. “Fronteras y comunicación” Fronteras en la comunicación, IX Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Comunicación Social. Tijuana, septiembre de 1998, p. 30.
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